Foto: difusión
Caroline Westendorp es lo que
hoy necesita el metal que está en crisis. Con su banda The Charm The Fury trae
de Holanda lo inimaginable. No se parecen a sus compatriotas de Epica, Asphix,
Picture o Pestilence.
Posee una voz que resiste los
guturales del diablo y, por otro lado, controla a la perfección el canto
limpio. Utiliza esas dos características como arma principal en su música y es
comparable con las vallas altas que pusieron Alissa White-Gluz, Floor Jansen o
Vicky Psarakis.
El talento no se hizo de la
noche a la mañana y la frontwoman lo explica de esa manera: "las canciones
cambian de ritmo constantemente y es por eso que requiere de mucha energía que
otros géneros. Además, siempre estoy moviéndome por todo el escenario. Siempre
debes esforzarte al máximo en tu trabajo. Para eso, entreno mucho, corro y
hasta comencé a hacer kickboxing. Tener un buen físico ayuda a tener un buen
performance. Nadie quiere ver un vocalista que se le vaya el aire a cada rato".
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Nunca faltan los agotadores headbangs. |
Para Caroline, lo difícil fue
cuando empezaron: "el crecimiento de la banda fue de un abrir y cerrar de
ojos. Muchas personas decían que se nos hacía más fácil por tener una mujer que
hace gutural. Al contrario eso lo hizo difícil porque trabajo mucho en ello y
trato de mejorar mi técnica para dar mejores conciertos. No solo quiero gritar,
sino también ser una buena vocalista".
Lo de The Charm The Fury es
impresionante, ya han teloneado a Marilyn Manson, Lacuna Coil, Arch Enemy,
Behemoth, At the Gates entre otras bandas. Saben como manejar lo moderno del metalcore
con el groove de Pantera, siempre sale a flote el lado agresivo que lo hace
interesante y cautivador.
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